Se habla muy a menudo de la cuesta de enero como la época negra del año. En ella hay que enfrentarse a multitud de gastos como consecuencia del derroche habitual en las fechas navideñas, pero no se habla tanto de la cuesta de septiembre. Y es curioso, porque multitud de personas me comentan que les es mucho más difícil afrontar este mes de vuelva a la actividad normal. No solo por los gastos, que también suelen ser muchos —pagar esas vacaciones idílicas, más comidas y cenas fuera y la famosa vuelta al cole—, sino también, y sobre todo, por el síndrome postvacacional.
Quisiera detenerme hoy en este punto, porque lo considero de vital importancia. Mientras la comunidad médica y científica no termina de ponerse de acuerdo sobre si se puede o no considerar una enfermedad, son muchas las personas que regresan de su periodo estival con numerosos síntomas: dolor de cabeza, estrés, ansiedad, insomnio, decaimiento… Existe, por una parte, una apatía generalizada ante la idea de volver a la rutina; por otra, los días se hacen más cortos, recibimos menos luz solar y esto afecta inevitablemente a nuestro estado de ánimo. Sin embargo, podemos enfrentarnos al síndrome postvacacional con buenas herramientas y afrontar el nuevo periodo con las pilas cargadas. Y no solo resolveremos este problema, sino que mejoraremos muchas otras condiciones. Pero te lo cuento más adelante.
Uno: planifica tus tareas y dale prioridad… a las que más te gusten
Es un poco de locos, ¿verdad? Sin embargo, en la medida de lo posible, es muy interesante que lo hagas así. Salvo cuestiones urgentes, comienza por acometer aquellas tareas que tengas que hacer que te gusten más, y ve incorporando progresivamente las que te dan más pereza. De este modo, la entrada al mundo laboral será mucho más satisfactoria. También te recomiendo, para este y otros periodos, que no vuelvas de vacaciones la víspera de la vuelta a tu vida normal: déjate en medio, si puedes, cuatro o cinco días para habituarte al medio, para concentrarte, organizarlo todo antes de volver… Hazte también un calendario para planificar con antelación cómo afrontar las primeras semanas de vuelta al trabajo.
Dos: procura dormir bien… y ayúdate con la alimentación
Qué fácil es decirlo, ¿a que sí? Sin embargo, hay varios trucos para conseguirlo y, sobre todo, alternativas muy eficaces de las que te hablaré después. El síndrome postvacacional tiene entre sus mejores aliados la falta de sueño o el sueño intermitente. Hay que acabar con ello. Te diría, como primera medida de higiene del sueño, que abandones las siestas a menos que seas capaz de dormir tan solo 15 o 20 minutos. Si no, lo mejor es intentar aguantar las ganas de dormir hasta que llegue la noche. Tienes que lograr ocho horas de sueño reparador.
En cuanto a la alimentación, pocas cosas hay que influyan más en el sueño. Haz pequeñas comidas, olvida los atracones —especialmente a partir de las 18 horas— y no te acuestes con hambre. Yo siempre aconsejo lo que se llama recena —una pequeñísima comida antes de acostarse, que puede ser, por ejemplo, un yogur desnatado—. Y, por supuesto, hay alimentos que ayudan a conciliar el sueño. La avena, por ejemplo, estimula la producción de melatonina; las almendras, ricas en triptófano y magnesio, dos inductores del sueño, son otro alimento interesante para incorporar —si bien en pequeñas cantidades si buscas regular tu peso—; las vitaminas B1 y B6 del pan integral contribuyen también a favorecer el sueño, así como la cereza y las nueces, fuentes naturales de melatonina —la hormona que produce nuestro organismo en mayor o menor medida y que regula los ciclos de sueño-vigilia—. El chocolate negro y los plátanos, aunque muy calóricos, estimulan la producción de melatonina y también de serotonina, un neurotransmisor esencial en el proceso del sueño.
Tres: la rutina es sinónimo de hábitos saludables: abrázalos
Destierra, en primer lugar, el consumo de alcohol, el mayor depresor del sistema nervioso central y, en consecuencia, inductor de los estados de desánimo, apatía, estrés… Corta también con la cafeína. Si no puedes dejarla del todo, reduce al máximo la ingesta de café y procura que el que tomes sea por la mañana (no más de uno al día si tienes problemas de sueño y estrés). Ni que decir tiene que hacer deporte facilitará la aparición de pensamientos positivos, evitará los recurrentes —los que te impiden conciliar el sueño o concentrarte en tus tareas— y liberará tu mente de estados nerviosos. Muy importante: procura hacer deporte por la mañana o en las primeras horas de la tarde. Realizar ejercicio físico en las horas cercanas al sueño provocará el efecto contrario.
Cuatro: aprende a darte prioridad a ti también
En lo que respecta al síndrome postvacacional, parte del estrés que acumulamos no reside precisamente en el trabajo; también en que no sabemos ocuparnos de nosotros mismos. Si antes te hablaba de hacerte un calendario, ahora te digo que en él dejes cada día, al menos, una hora para ti. En esa hora, dedícate a hacer lo que más te apetezca: pasear mientras escuchas tu disco favorito, realizar cualquier actividad que te relaje —yoga, pintura, ¿por qué no un coro o clases de baile?—, quedar con amigos… Lo que sea, pero que te produzca un placer inmenso.
Aprende a decir que no a compromisos innecesarios. Es mucho más liberador un «no» a tiempo que adquirir una obligación simplemente porque alguien le ha echado mucha cara. Enfréntate al día a día con una sonrisa en la cara. Entrar en un comercio sonriendo y saludando te va a ser devuelto en forma de amabilidad la mayoría de las veces. Afrontar la vida con actitud positiva es algo sencillísimo de abordar. Pero se nos olvida y tendemos al mal humor. ¡Hay que cambiar el chip!
Cinco: 180 the concept tiene las fórmulas perfectas para el síndrome postvacacional
Además de nuestras líneas de belleza facial y corporal, en 180 the concept hemos trabajado a fondo para dar con tríos de fórmulas que nos hagan sentir bien por dentro. De paso, y casi sin darnos cuenta, vamos a contribuir a la mejora de ciertas condiciones estéticas que nos puedan incomodar. Pero lo importante para estar bien es sentirse bien por dentro. Y para sentirse bien por dentro necesitamos ahuyentar de nosotros fantasmas como el del síndrome postvacacional. ¿Cuáles son esas fórmulas?
- e4. El Ester C, una forma mejorada de vitamina C, más fácil de absorber para el organismo, no solo es vital en procesos antienvejecimiento por su importancia a la hora de producir colágeno, entre otros beneficios; también es esencial para los neurotransmisores como la dopamina o la serotonina, encargados de nuestro bienestar psíquico.
- e3. En esta fórmula aparece el citrato de magnesio, que actúa como tranquilizante natural, mantiene el equilibrio entre las neuronas y la transmisión nerviosa y, en consecuencia, es excelente en procesos antiestrés y antidepresivos. Además, ayuda a mejorar la relajación muscular, favorece el sueño y el descanso… Es una fórmula que, en sinergia con otras, mejora problemas como el envejecimiento, las bolsas de ojos o la acumulación de grasa y líquidos en el vientre.
- h1. Sus componentes, entre los que se encuentra la dioscorea villosa, equilibran los niveles hormonales de estrógenos y progesterona, algo importantísimo también para combatir estados de ansiedad y depresión. Los trastornos de la menopausia se reducen ostensiblemente y, en consecuencia, mejora de paso el estado de nuestra piel —arrugas, manchas, etcétera—.
- h2 y h3. Si hablamos de hombres, estas son las fórmulas que actúan en sinergia con e4, que sí permanece en el trío. Maca, arginina y vitamina C son, en el caso de la primera fórmula, los aliados perfectos para aumentar la vitalidad; contribuyen a aumentar la energía y la vitalidad y son un perfecto tratamiento antiestrés. La fórmula h3, por su parte, es un concentrado de hierbas que mejoran la actividad física y mental, el rendimiento deportivo, la fuerza cardiovascular y que, además, rejuvenecen y revitalizan.Como ves, en 180 the concept tenemos el complemento perfecto para abordar la vuelta al trabajo y acabar con los cambios de humor y los síntomas propios del síndrome postvacacional. ¿Te apetece lograrlo? Solo tienes que acudir a tu centro certificado más cercano: nuestros profesionales te harán un diagnóstico personalizado para que, a partir de ahora, te enfrentes a la rutina con un estado emocional positivo.